Hija de
Beatriz Gatica Morales, una guapa contadora, y Víctor Rosas Tapia,
un joven recién egresado de educación secundaria. Sus vidas se
cruzaron cuando ambos trabajaban en el mismo lugar. Jamás planearon
un hijo, sin embargo la vida les dio una gran sorpresa.
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Nací un 9 de
abril de 1987 en Valparaíso, a las 41 semanas de gestación mediante
un parto programado (con respecto a eso, nunca di indicios de querer
salir, por lo tanto, fui extraída a la fuerza). Desde los primeros
días fui el karma de la mujer que eligió darme la vida.
Una de las
anécdotas que quiero compartir ocurre en el hospital a horas de
haber nacido. Sucedía que cuando todos los neonatos de la sala
debían comer yo prefería dormir, y cuando era la hora de dormir yo
lloraba por alimento... mi mamá pasó vergüenzas desde muy joven
conmigo.
El tiempo pasa
rápido, yo tenía tres años cuando llegó un nuevo personaje a la
familia, mi hermano Cesar. Él nació en el 90, a comienzos de una
década con grandes cambios en la política nacional e internacional.
En ese entonces vivíamos en La Serena, cuarta región. En mi paso
por aquel lugar, recuerdo a mi gran amigo y vecino, Guillermo,
quien tenía 2 ó 3 años más que yo. Juntos veíamos el Gato Félix
cuando no podíamos salir a jugar o me iba a buscar al jardín cuando
mi mamá se debía quedar en casa cuidando la salud del pequeño Cesar (el
jardín quedaba cerca).
Pasaron los años y migramos de La Serena. Nos fuimos con todo acompañando a mi papá más
al norte, ésta vez a la segunda región, Antofagasta.
Mis recuerdos
me cuentan lo mucho que disfrutábamos de la playa, en ese tiempo
eramos unos negritos (las fotos acreditan mi comentario); recuerdo las
visitas de mi abuela materna y mi tía, y también a mi estómago
tremendo albergando una lombriz solitaria. En Antofagasta no nos
quedamos mucho tiempo, siempre ha tenido fama de ser una ciudad muy
cara y creo que mi familia lo corroboró. Pienso que ésa fue una razón
para que mis padres decidieran volver al lugar de mi origen. Al regresar, luego de tanto tiempo patiperreando por el norte, mi abuela nos albergó mientras esperábamos la entrega
de la “añorada casa propia”, un gran paso para todo matrimonio
jóven y con hijos pequeños.
En Viña, un lindo
suceso marcó nuevamente a nuestra familia. Una cosita exquisita
llega a nuestras vidas el año 95, mi hermana Angela, una pequeña perspicaz a la que disfruté mucho, gracias a la gran diferencia
de edad.
En retrospectiva,
considero que el año 92 fue cuando nos asentamos en Viña. Desde
entonces han habido hartos cambios. Los más trascendentes son: la
partida de mi abuelita; la paternidad de mi hermano y su hermoso
hijo, Bruno; la separación de mis padres; nuestro cambio de casa
luego de 20 años; la consolidación (en todo sentido) de mi papá en
santiago y también la mía, que luego de estudiar 4 años una carrera
que me atormentaba la existencia, al fin estudio lo que siempre
quise, pedagogía.
Concuerdo con muchos
cuando dicen que las decisiones que he tomado no siempre han sido
asertivas. Sin embargo, con el paso del tiempo los años dejan de ser
una cifra, y más que eso, son parte de un aprendizaje experiencial que
necesariamente hay que detenerse a evaluar.
Hoy vivo entre
mi casa y la casa de mi novio, Leo, además, convivo con un estrés sostenido
desde Marzo a Junio, y desde Agosto a Diciembre. Mi época favorita es el verano, porque es cuando me dedico a disfrutar, sin preocupaciones, de mil lugares con mi mochila, carpa, cocinilla y mi mejor compañía.
Lo que escribes, refleja el como eres en el día a día; he tenido la suerte de conocerte un poquito más y me he dado cuenta de que eres un gran persona, un poco loca a veces, con una risa que en ciertos casos no se sabe si es de nervio o de felicidad... sigue escribiendo, ya que tienes mucho para contar ... besos.
ResponderEliminarXime! me encantó leer tu cometnario. También me ha gustado conocerte un poco más, me he llevado agradables sorpresas.
ResponderEliminarY si, tienes toda la razón con lo que piensas de mi risa. Es más, en éstos momentos (haciendo la PTM) mi risa es nerviosa, sin duda alguna... pienso en todas las cosas que tenemos para la próxima semana JAJAJAJAJAAJJA (risa nerviosa).
besos
Me gustan las palabras que ocupas Astrid, como las ocupas dice mucho de ti. Dan ganas de conocer más.
ResponderEliminarSaludos!
Amiga, tu eres pura alegría, concuerdo con coni que las palabras que ocupas dicen mucho de ti, me entretuve bastante leyendo dan ganas de que cuentes más.. te quiero muchooooo =)
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